sábado, 28 de abril de 2012

Derechos Humanos



Macri arremete contra El Olimpo.

El sitio de la memoria El Olimpo le responde con una Jornada artística cultural de denuncia, el sábado 21 de abril a partir de las 16 hs. en el ex centro de Detención, Tortura y Exterminio.

El Olimpo. El centro tenía en la entrada un cartel que decía "Bienvenido al Olimpo de los Dioses. Los Centuriones". El centro sólo funcionó durante seis meses, de agosto de 1978 a enero de 1979, sin embargo allí fueron alojados 700 detenidos de los cuales sobrevivieron 50.
Este centro clandestino dependía de Guillermo Suárez Mason (apodado el carnicero del Olimpo), comandante del I Cuerpo del Ejército Argentino. El responsable del campo fue el Mayor del Ejército Guillermo Minicucci, y de él dependían también oficiales de la Policía Federal Argentina como Julio Simón (apodado "el Turco Julián") y Juan Antonio del Cerro apodado "Colores").
El edificio era un galpón que se utilizaba como terminal de colectivos, hasta que en los comienzos de la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional fue expropiado por las Fuerzas Armadas. A principios de 1978 se construyeron las celdas para alojar a los detenidos, las cuales fueron construidas por detenidos que fueron trasladados desde otros centros
El CCD tenía 4 hileras de 20 celdas cada una, con argollas de hierro en las paredes para sujetar a los prisioneros. Existía una sala de guardia, el casino de los suboficiales, las habitaciones donde dormirían los carceleros, letrinas, un lavadero, una zona de duchas, y un almacén en el que se depositaban las heladeras y televisores robados durante las operaciones de secuestro. Las instalaciones incluían dos salas de tortura, con cableado eléctrico reforzado. Leer más

Más críticas a Macri por el retiro de la custodia en "el Olimpo"
No cesan los cuestionamientos al jefe comunal por la quita del servicio de seguridad en el lugar. Ayer se realizó un acto en ese ex centro de detención, símbolo de la represión y el terrorismo de Estado, que fue recuperado por la democracia como centro de memoria. Leer más
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"Los decretos de Luder nos dieron licencia para matar"
Videla: "Pongamos que eran siete mil u ocho mil las personas que debían morir"
 
Por primera vez, el genocida admitió que la dictadura militar de la que fue presidente "desapareció" los cuerpos de los militantes y trabajadores que secuestró y torturó "para no provocar protestas dentro y fuera del país". Reconoció que el eufemismo bajo el cual se ocultaron los crímenes fue "Disposición Final, dos palabras muy militares, que significan sacar de servicio una cosa por inservible, por ejemplo, una ropa que ya no se usa o no sirve porque está gastada".
Las nuevas provocaciones del dictador aparecen en el libro "Disposición final", del periodista Ceferino Reato, en cuyas hojas repite los argumentos esgrimidos en el reciente reportaje de la revista española Cambio 16. "Había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia ni tampoco fusiladas", reveló el expresidente de facto, para quien "era necesario" cometer los crímenes de esa manera, de modo tal "que no fuera evidente, para que la sociedad no se diera cuenta ni pueda provocar protestas dentro y fuera del país". Es que "cada desaparición puede ser entendida ciertamente como el enmascaramiento, el disimulo, de una muerte". Leer más
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ESMA: el capítulo final
El próximo jueves 9 de agosto, a las 10 de la mañana, la Justicia federal argentina comenzará a terminar de saldar una de sus mayores deudas históricas: dar a conocer lo que sucedió en el inframundo de la Escuela de Mecánica de la Armada, uno de los sumideros humano más grandes pergeñados por los cerebros de la dictadura militar –con la única excepción de Campo de Mayo–, por el que pasaron y padecieron unos cinco mil secuestrados.
Entre esos casos se destacan el secuestro y desaparición de la joven sueco-argentina Dagmar Hagelin, el cautiverio de los sacerdotes tercermundistas Orlando Yorio y Francisco Jalics, y la desaparición de la dirigente de Montoneros Norma Arrostito. Leer más
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El gordo Garachico entre rejas
Era oficial de la Policía Bonaerense, respondía a Inteligencia del Ejército y liberaba zonas para los grupos de tareas de la CNU. Se investiga si se apropió de una hija de desaparecidos.
Luego de haber sido instado por la Cámara Federal para que diera pronto despacho a medidas procesales solicitadas por la Fiscalía y las querellas en varias causas relacionadas con violaciones de los derechos humanos, el titular del Juzgado Federal N° 3 de La Plata, Arnaldo Corazza, detuvo finalmente esta semana a los ex policías Tomás Rotella (a) El Negro y Julio César Garachico (a) El Gordo, integrantes de un grupo de tareas de la Policía Bonaerense que estuvo activo antes y después del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Garachico, además, ha sido señalado por los autores de esta investigación de Miradas al Sur como uno de los policías encargados de liberar zonas para que, entre mediados de 1974 y fines de abril de 1976, la banda de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), comandada por Carlos Ernesto Castillo (a) El Indio, pudiera operar con total impunidad en La Plata y sus alrededores. Leer más
En el allanamiento, además de gran cantidad de armas, proyectiles y explosivos, se secuestraron los vehículos que la banda utilizaba en sus operaciones y los objetos de valor que saqueó de las casas de sus víctimas.
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Las “órdenes” y los crímenes aberrantes
La disolución del Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA)
Los coroneles retirados Augusto Rattenbach y Horacio Ballester
Hace pocos días, el testimonio de Horacio Ballester en el juicio sobre el Plan Sistemático de robo de bebés puesto en marcha después del golpe de Estado de 1976 fue clave para demostrar, como lo vienen haciendo las Abuelas de Plaza de Mayo, el montaje de un sistema de maternidades clandestinas en distintos centros de detención. Sobre todo a partir de la creación, en el sector de Epidemiología del Hospital Militar de Campo de Mayo, de un lugar de atención especial para detenidas-desaparecidas embarazadas. “Uno no puede obedecer cuando le ordenan llevar a cabo un crimen aberrante”, sostuvo en las audiencias por la masacre de Margarita Belén, que hace poco significaron ocho condenas a cadena perpetua y 12 a 15 y 25 años de prisión a distintos efectivos, por la tortura y ejecución de 22 militantes montoneros por parte del ejército y la policía de Chaco, en diciembre de 1976. Leer más
Comunicado del CEMIDA confirmando su disolución y la creacion del “CENTRO DE MILITANTES PARA LA DEMOCRACIA ARGENTINA” 
COMUNICADO DEL CEMIDA
Con fecha 5/04/12 dos integrantes del CEMIDA dieron a conocer un escrito
informando su decisión de “disolver” nuestra Institución. Fundamentaron su escrito
en varias razones; una de ellas por el cierre de nuevas adhesiones debido al carácter
estrictamente militar del CEMIDA que ya no podía renovar sus cuadros pues la
condición necesaria es que sea personal militar en retiro y haya repudiado claramente
los procedimientos aberrantes de la dictadura. Es una razón atendible.
Otra razón fue “el simple transcurrir de los años y sus lógicas consecuencias
biológicas”. Esto ya es más discutible pues sería negar el aporte a la causa nacional
y popular de múltiples figuras de nuestras organizaciones sociales cuya edad los
convierte o convirtió en guías para los más jóvenes. Con sólo nombrar a dos de
nuestros amigos más ilustres Osvaldo Bayer y Rogelio García Lupo quedaría
destruido el argumento como causa. Queda claro que existieron otras razones que
convendría analizar. Para ello resultará imprescindible un repaso de las circunstancias
que llevaron a algunos militares a repudiar las ilícitas conductas castrenses que
se efectuaban en contra del orden constitucional y en abierto apoyo a intereses
contrarios a los de su país.
Estos grupos disidentes, habían ingresado a las instituciones armadas argentinas
motivados por una vocación influida por las ideas y acciones de militares patriotas
como Mosconi, Baldrich y Savio, entre otros, a lo que siguió la difusión de las
doctrinas nacionales que los coroneles Martínez y Perón, el Brigadier San Martin y
otros patriotas expresaban y cuyos objetivos fueron liberar a la nación de los estragos
producidos por el régimen conservador de la “Década Infame”. Para ello proponían
un despegue de la absurda dependencia al imperialismo existente y comenzar una
etapa de genuino desarrollo nacional, incorporando al pueblo a la gran tarea de
independencia iniciada y planificada por la Generación de Mayo.
El oponente que siempre ha conocido los puntos débiles de las estructuras nacionales
desarrolló una laboriosa tarea de acción sicológica sobre los militares que apoyaban
el cambio, pues sabía que operando contra su pensamiento podía asegurar el fin
del proceso de independencia con participación popular. En esta trampa fueron
cayendo militares bien intencionados que percibieron falsamente como un peligro para
la libertad individual el sostenido avance de las transformaciones. Dentro de esos
grupos, ahora “golpistas”, participaron algunos de los que luego fueron fundadores
del CEMIDA, entre ellos Cáceres, Rattenbach, Gazcón, García, Perlinger, Cesio,
Mittelbach y podría seguir la cuenta. Entre los que no cayeron en ese error estuvieron
Leal, López Meyer, Yansen, Phillips, Ballester y otros más, incluyéndose algunos
grupos de oficiales subalternos. Todos ellos o perdieron sus carreras o sufrieron
persecuciones de todo tipo.
Con el tiempo la mayoría de estos militares, los que siempre repudiaron la dictadura
y los desengañados, que comprendieron su error, se unieron en un agrupamiento
denominado ”Azules”, que entró en abierta pugna con los sostenedores del orden
creado, llamado “Colorados”. El enfrentamiento fue violento e inevitable. A los
Colorados se les unieron en masa la Armada y a los Azules, algunos sectores de la
Fuerza Aérea. Ganaron los Azules y asumieron el control militar y político del país.
Pero pese a que estos Azules tenían sectores “violetas” enmascarados (Onganía,
Alsogaray, Pistarini, Villegas, Lanusse, López Aufranc, Fonseca…) la ilusión
democrática parecía renacer y así fue como el Dr Illia pudo asumir la Presidencia
Constitucional de la República, aunque fue constantemente condicionado por el sector

militar. Poco duraría esta ilusión. El sector Azul se dividió y pese a que algunos
generales prestigiosos y patriotas como Hure, Guglialmelli, López Meyer y algún
otro se opusieron al nuevo dictador Onganía y luego a sus sucesores Levingston y
Lanusse, triunfaron los violetas, poniéndose al servicio del naciente modelo neoliberal
globalizado que pugnaba por consolidarse,
El remanente de los militares con orientación “legalista” resolvió conspirar contra
la nueva dictadura para devolver definitivamente al pueblo su capacidad de
autodeterminación. Este grupo entre los que se contaban los actuales sobrevivientes
del núcleo inicial del CEMIDA (Rattenbach, Ballester y García), organizó una
sublevación contra el dictador y así nucleó a importantes efectivos de los
Regimientos 2 y 10 de Caballería, el 24 de Infantería y el Regimiento de Infantería
de Resistencia. El movimiento conocido con el nombre de “Revolución de Azul
y Olavarría”, aunque fue derrotado en el terreno , impidió la materialización del plan
de continuidad del dictador, que el 22 de agosto de 1972 toleró el asesinato a
mansalva de prisioneros políticos desarmados en la base naval de Trelew.
Los derrotados fueron condenados a penas diversas y sus principales integrantes los
coroneles Diaz Loza, Manuel García, Baldrich, Ballester, Cáceres, Gazcón y José
Luis García al cumplir sus condenas,decidieron continuar sus tareas para terminar con
la dictadura. Al salir en libertad esperaba a este grupo el general Guglialmelli, uno
de los militares menos recordados aunque quizá el más ilustrado de su generación.
Con su revista “Estrategia”, de inolvidables contenidos, difundía la esencia de los
problemas nacionales y latinoamericanos y la situación real del país y sus habitantes.
En forma generosa ofreció a los liberados formar el Consejo de Redacción de su
revista, con un modesto estipendio que solucionaría alguna necesidad impostergable.
Allí fueron García, Gazcón, Rattenbach, Ballester y Cáceres.
Esa época fue importante desde el punto de vista de la formación política nacional
y popular del grupo, ya que les permitió conocer a los principales referentes de
todos los colores políticos democráticos, escuchar las razones y los argumentos de
personajes de todos los ámbitos de la cultura, aún de aquellos que eran calificados
como” subversivos “y descubrir la orfandad ideológica con que el Ejército los había
formado. Conocieron además entre otros, a Liber Seregni y a Gutiérrez Ruiz en
el Uruguay, a los integrantes de la “Revolución Peruana” y muchos militares con
orientación democrática de Latinoamérica y el Caribe. Así fue como maduró el
proyecto de formar un agrupamiento de militares aptos para la futura democracia
Argentina y Latinoamericana.
Todo se potenció y adquirió dimensiones populares, cuando el General Perón,
desde el exilio, los conectó a través de su representante Abal Medina. Comenzó otra
historia, ahora sí realmente nacional y popular, que transformó su accionar a fin
de, por fin, poder servir y no servirse de las aspiraciones del pueblo y repudiar para
siempre los golpes militares. Al asumir Perón la presidencia constitucional devolvió el
grado militar a quienes la dictadura había dado de baja pero mantuvo en situación de
retiro a todo el conjunto. “Prefiero tratar con generales derrotados que con coroneles
victoriosos” expresó con gran sabiduría. Los militares no deben ser nada más que el
poder militar. El poder político es civil. El militar que lo pretenda que pida el retiro
y compita políticamente. Solamente algunos: Gazcón, Rattenbach y José Luis
García fueron nombrados, en situación de retiro, profesores en las escuelas militares
superiores castrenses. Al resto se les ofreció empleos civiles en la administración
pública, o como dijo Perón, “al banco de los suplentes”. Luego, su muerte y el

comienzo del Terrorismo de Estado y la puesta en marcha de una capacidad de
resistencia popular llena de peligros para todos los sectores de la población. El sector
militar también sufrió las consecuencias de la resistencia. Sólo basta con recordar
el asesinato del mayor Bernardo Alberte y los abusos contra Perlinger, Cesio,
D´Andrea Mohr, Mittelbach y tantos otros. Las reuniones secretas se realizaban con
ciudadanos que resistían a la tiranía, pensando y diseñando el futuro destino militar
para la lejana democracia, que al fin llegó el 10 diciembre de 1983.
El 15 de noviembre de 1984 el grupo de militares que había pugnado por devolver la
soberanía democrática a su pueblo, da origen al CEMIDA con la misión autoimpuesta
de luchar por el mantenimiento y perfeccionamiento de la democracia en la Argentina
y contribuir a la transformación y perfeccionamiento de las instituciones militares,
colaborando con la justicia en el juzgamiento de aquel personal que hubiera cometido
delitos. No fue fácil la tarea inicial, sólo tres días habían transcurrido desde su
creación, cuando la reacción celebró esta aparición con una bomba que destruyó
sus instalaciones. A ello se sumó la difusión de panfletos, amenazas telefónicas y
otras agresiones. En el orden individual muchos miembros recibieron presiones para
apartarse del CEMIDA por considerarlo una organización que “atentaba contra las
fuerzas armadas”. Un inicialmente débil poder político permitió que en la Argentina
democrática se sancionara a los militares que defendían la democracia y no a los que
agraviaban al Presidente y a las instituciones recuperadas. Prueba de ello fueron las
múltiples sanciones que debieron soportar López Meyer, García, Cesio, Perlinger, D
`Andrea Mohr, Ballester, Mittelbach y otros.
Todo este largo exordio sirve para explicar por qué el CEMIDA es algo mucho más
trascendente que la importancia individual de algunos de sus integrantes y reflexionar
si ha llegado el momento de su desaparición y si ello es conveniente. Para esos
fines será necesario apreciar si es cierto que la misión está cumplida. El progreso
en todos los órdenes es evidente y, en particular, el sector de la Defensa Nacional
ha experimentado cambios realmente substanciales, debidos a la silenciosa pero
absolutamente eficaz labor de los miembros del gobierno en el área: la Ministra
Nilda Garré, continuada por su sucesor Arturo Puricelli y las capacidades de
sus colaboradores, especialmente el Licenciado Alfredo Forti y los Secretarios de
la Cartera: Oscar Cuatrolmo, Mauro Vega y Carlos Esquivel. Pruebas de ello lo
constituyen la inédita propuesta del Ejército en el documento “Plan Ejército Argentino
Proyectado en el Horizonte 2025” y la reestructuración de todo el sector militar
puesta en marcha de la manera que hemos difundido en el documento “Defensa
Nacional”.
Pero apreciar que todo está en orden y que los sectores más reaccionarios del país
y del imperialismo han abandonado sus aspiraciones destituyentes, sería un error.
Basta una simple lectura de la prensa diaria de todos los colores para corroborarlo
y más aún las actitudes puestas de manifiesto por algunos grupos ante la magnífica
recuperación de la empresa petrolera YPF, construida por la dedicación de Mosconi y
Baldrich con el imprescindible y eficaz apoyo político de Yrigoyen y Alvear, liquidada
por Menem y sus secuaces y restituida por Cristina Fernández. La batalla por la
independencia económica recién comienza y el proceder del oponente apenas se
encuentra corroído. Por ello no deben eliminarse las críticas constructivas, que serán
sólo aquellas que propongan o pueden proponer cursos de acción alternativos
que sean aptos, factibles y aceptables, pero no abandonar la lucha en forma
prematura. ”Nunca se es suficientemente fuerte en el lugar de la decisión” expresa un

principio militar. Por otra parte la comprobación más evidente que el CEMIDA puede
ser útil, es la cantidad de requerimientos de múltiples sectores sociales para que
continúe en la lucha al servicio del pueblo de la Nación; pero es también evidente la
imposibilidad de renovar a sus integrantes por la barrera institucional que significa la
denominación de “militares”.
A ello se agrega las nefastas consecuencias que trajo la aplicación de una
tácita” ley sálica” que impidió el ingreso femenino a la estructura, pese a que en
la práctica continuamente han estado presentes: Martha Perlinger, Julia D’ Andrea
Mohr, Irma Yansen, Estela Rattenbach, Maruja Pfeiffer, Angélica Ballester, Tatana
Cesio, Pipa Gazcón, y muchas más. Siempre nos honraron con su amistad Beatriz
Guido, Liliana López Foresi, Martha Pelloni, Nora Cortiñas, Taty Almeida, Laura
Bonaparte, Estela Carlotto, Alba Lanzilloto, Mabel Gutiérrez, Lita Boitano, Stella
Calloni, Mirta Mántaras, Ana María Ramb, Meriem Choukroun, Paula Bernengo,
Alcira Argumedo, Telma Luzzani, María Seoane, Hinde Pomeraniec, Mona
Moncalvillo, Gloria Mathern, Gloria Cano, Nita Silvestrini, Colette García, Rina
Bertaccini, Rosario Galarza, Liliana Ambrosio, Lía Méndez, Marta Maffei, Sophie
Tonneau, Terri Karl, Almudena Bernabeu y tantas otras, que quizá, si se lo hubiesen
propuesto, hubieran sido cuadros de remplazo insustituibles.
Pero también honraron al CEMIDA con su amistad y tolerancia personalidades civiles
como Ernesto Sábato, Leopoldo Torre Nilson, Emilio Mignone, Fermín Chávez,
Norberto Galasso, Abelardo Ramos, Eduardo Barcesat, Raúl Alfonsín, Raul
Aragón, Luis Farinello, González Garland, Carlos Eduardo Martínez Mendoza,
Modesto Guerrero, Miguel Hesayne, Jaime de Nevares, Carlos Zamorano, Héctor
Trajtemberg, Andrés Bravo, Augusto Comte, Miguel Bonasso, Miguel Monserrat,
Gustavo Cirigliano, Italo Luder, Adolfo Pérez Esquivel, Pascual García, Herman
Schiller, Daniel Campione, Eduardo Luis Duhalde, Horacio Verbitsky, Rodolfo
Livinsgton, Jaime Fuchs, José Vazeilles, Horacio Giberti, Juan Carlos Amigo,
José de Luca, Osvaldo Ullrich, Félix Cantero, Andrés Cañas, Roberto Garibaldi,
Mario Mazzitelli, Mario Cafiero, Omar López, Enrique Vázquez, Eduardo Aliverti,
Jorge Ithurburu, Pino Solanas, Braulio Moro, Francisco Soberón, Víctor De Genaro,
Pablo Micheli, Claudio Lozano, Angel Cadelli, Martín Ayerbe, Atilio Borón, Juan
Azcoaga, Carlos Heller, Juan Carlos Junio, Martín Sabbatella, Jorge Cantor, Ramón
Torres Molina, Lisandro Viale, Francisco do Reis, Víctor Mendibil, Alredo Ferrarese
y tantos otros que pudieron ser líderes o militantes en su accionar.
Sin olvidar a Rodolfo Mattarollo que fue quien auspició el peritaje del coronel
José Luis García en el Juicio por el asesinato de los sacerdotes jesuitas en
El Salvador y su ulterior consecuencia: el nombramiento como Peritos de las
Naciones Unidas de los coroneles Ballester y García, que con esos títulos
colaboraron con el restablecimiento de la democracia en Haití y efectuaron peritajes
en el juicio contra el dictador Cedrás. A ese histórico acontecimiento se sucedieron
más de cincuenta peritajes en juicios internacionales y nacionales contra represores
militares de todas las latitudes en los que operó el peritaje militar de miembros del
CEMIDA. Aún hoy se desarrollan juicios de ese tipo en el país, en Guatemala y en
España con peritos militares del CEMIDA. ¿En nombre de qué organización deberán
seguir
Recordamos con nostalgia al Directivo del Instituto Movilizador de Fondos
Cooperativos y Presidente del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini que
nos distinguió permitiendo que impartiéramos un curso de Defensa Nacional a su

personal directivo al que concurrió personalmente junto con Edgardo Form, Horacio
López, Ana María Ramb, Julio Gambina, así como un grupo numeroso de
integrantes de la Institución entre los cuales se destacaba la hoy Licenciada
Sonia Winer. Recordamos el apoyo fraterno de la filial Mar del Plata que con su
Director, Rubén Cédola, facilitó las tareas en esa ciudad.
Un recuerdo especial para los ex -compañeros del “Frente Nacional Contra La
Pobreza”, una ilusión no concretada y también para todos los organismos de
derechos humanos, el Equipo de Antropología Forense y para las organizaciones
sociales, a los cuales nos unen fuertes lazos fraternales.
Constituyó un hecho inédito el diálogo del CEMIDA con las organizaciones de
izquierda y el inevitable intercambio de opiniones y establecimiento de relaciones
amistosas con algunos de sus principales dirigentes: Luis Zamora, Patricio
Etchegaray, Jorge Kreynes, Jorge Altamira, Nestor Pitrola, Vilma Ripol, Gustavo
Robles y Carlos Giordano entre otros.
De importancia fundamental ha sido el acercamiento y franca camaradería con los
ex Combatientes de Malvinas, únicos militares con experiencia de guerra. Ellos
aceptaron al CEMIDA y sus postulados, y sus integrantes, en especial los del Centro
de Ex Combatientes de La Plata Mario Volpe, Carlos Amato, Ernesto Alonso, Martin
Raninqueo, Rodolfo Carrizo, Sergio isaia, Luis Aparicio, José Zarzoso, Marcelo
Olindi, Germán Bonanni, Enrique Splittek, Miguel Anderfuhrn, Guillermo Bianchi,
Hugo Robert, Carlos Tolomeo, Marcelo Martínez, Fernando Magno, Rubén
Riquelme, Fabián Pasaro junto con el resto de sus compañeros han sido las
estrellas fulgurantes de la actual lucha pacífica del gobierno para lograr la restitución
de las Islas del Atlántico Sur. Es imposible olvidar al resto de los Centros y no incluir
a Edgardo Esteban y a Martin Balza que con su presencia y apoyo facilitaron las
tareas en apoyo de la resolución presidencial.
¿Todo debe terminar porque alguno sienta que el peso de los años puede limitar su
accionar?
Un párrafo especial para la Secretaria, Elsa Bruzzone, que pese a no ser miembro
pleno del CEMIDA por no ser militar y ser mujer, ha llevado a través de los años
las relaciones externas de la organización “ad honorem” y aportando su versación
sobre recursos naturales y la experiencia política que logró como representante
del Parlamento del Brasil en la disputa con el Banco Mundial sobre el futuro del
Acuífero Guaraní, su participación, como invitada especial al Foro Social Europeo,
acompañando a las organizaciones sociales del Uruguay en la Campaña Nacional
“El Agua Es De Todos”, colaborando con los autores de la reforma de la
Constitución de la Provincia de Corrientes que devolvió la soberanía del pueblo sobre
sus recursos naturales, así como entre tantas otras actividades.
Su libro para reivindicar la figura de Manuela Sáenz, la inmortal compañera del
Libertador Simón Bolívar, por lo que fue distinguida como “Visitante Ilustre” por
la ciudad de Quito, logró interesar al pueblo ecuatoriano en nuestro accionar. A
todo ello sumó su nombramiento en abril de 2011 como Miembro del Consejo
Asesor del Centro de Estudios Estratégicos para la Defensa Manuel Belgrano
del Ministerio de Defensa de la Nación y el haber sido invitada por la Secretaría
de Cultura de la Nación para participar en el programa “Café Cultura”, por el
cual dicta conferencias en todo el territorio nacional, difundiendo al mismo tiempo
nuestros postulados democráticos. Desde hace quince años facilita parte de su
vivienda particular para el funcionamiento del CEMIDA haciéndose cargo de todos los

gastos. Conviene recordar que la Organización no recibió ni recibe ningún tipo de
remuneración ni subsidio. Pese a todo, los Estatutos del CEMIDA consideran que no
es realmente un miembro pleno de la orgánica. Todo ello como consecuencia de lo
arcaico de lo instituido.
ES POR TODO ELLO QUE A FIN DE DAR SOLUCIÓN A LOS PEQUEÑOS
INCONVENIENTES QUE SE HAN ORIGINADO Y ATENDIENDO A TODOS
LOS FACTORES ANALIZADOS Y AL PRINCIPIO DE QUE TODO LO QUE NO SE
ADECUA O CAMBIA MUERE, SE RESUELVE:
1. Dar por finalizada la existencia de la organización conocida como Centro de
Militares para la Democracia Argentina.
2. Encargar a Elsa Bruzzone la comunicación a los socios de la Institución
de lo resuelto en 1 , así como la guarda de todos los archivos y otros
instrumentos y documentos de la citada Organización. No existen otros activos.
3. Dar por finalizada la validez de los cargos directivos de la ahora disuelta Comisión
Directiva del CEMIDA.
4. INICIAR CON RENOVADAS ESPERANZAS LA ORGANIZACIÓN DEL QUE SE
LLAMARÁ “CENTRO DE MILITANTES PARA LA DEMOCRACIA ARGENTINA” QUE
PODRÁ INCORPORAR A TODO HABITANTE DISPUESTO A COLABORAR EN
LA CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO POLÍTICO NACIONAL Y POPULAR, SIN
TRABAS POR RAZONES DE PROFESIÓN, SEXO O EDAD.
4. CREAR UNA COMISIÓN PROVISORIA INTEGRADA POR CELESTE BONDER
Y JOSÉ LUIS GARCÍA PARA INVITAR A LOS ANTIGUOS MIEMBROS DEL
CEMIDA A INSCRIBIRSE EN LA NUEVA ORGANIZACIÓN Y RECIBIR LAS NUEVAS
SOLICITUDES DE INGRESO.
MUCHAS GRACIAS A LOS QUE SE VAN Y BIENVENIDOS LOS QUE LLEGAN
JOSÉ LUIS GARCÍA
Ex - Secretario General del CEMIDA

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Hacia la segunda independencia
Experto en Seguridad y Geopolítica, este correntino dicta clases en los principales centros de estudios militares de América del Sur y fundamentalmente participa del Centro de Estudios Estratégicos, creado en Buenos Aires para establecer una Doctrina de Defensa
Sudamericana que ponga el último clavo en el ataúd de la Doctrina de Seguridad Nacional del Pentágono que sirvió de guía para la represión en el continente en la década del ’70.
Miguel Ángel Barrios es magíster en Sociología, doctor en Educación y en Ciencia Política y profesor en el Instituto de Servicio Exterior de la Nación. Escribió Perón y el Peronismo en el Sistema Mundo del Siglo XXI y es autor del Diccionario Latinoamericano de Seguridad y Geopolítica y Concepto Latinoamericano de Defensa y su desafío geopolítico. Por lo tanto es hombre de consulta obligada en tiempos en que las Fuerzas Armadas sudamericanas intentan poner fin definitivamente a la Doctrina de la Seguridad Nacional. Leer más

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hi! Mi nombre es Frances Bloor y soy de Bellville, EE.UU. . Tengo un sitio web sobre Mesa Auto Pawn Colorado. Voy a poner un enlace a mi blog sobre Auto Pawn Houston Texas para su blog. auto pawn