El Banco del Sur
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Elsa M. Bruzzone, José Luis García
Recientemente el CEMIDA publicó el documento “BUENAS NOTICIAS: LA UNASUR EN MARCHA”.
Dado el optimismo que despertó esa información y las reiteradas
consultas acerca de cómo y cuándo se pondrían en movimiento las medidas
expresadas en él, se inició una rápida investigación para poder
contestar las incógnitas planteadas. La explicación más común para
justificar el aparente retraso en convertir lo planificado en acciones
concretas, fue que no se pudo disponer, en tiempo y forma, del
financiamiento correspondiente. Resultó entonces necesario investigar
como funcionó el organismo financiero de la Región, como lo es el BANCO
DEL SUR (BS), que constituye el instrumento orgánico indispensable
para poner en ejecución acciones de la UNASUR.
El objetivo del BANCO es
“financiar el desarrollo económico, social y ambiental de los países
miembros en forma equilibrada y estable, haciendo uso del ahorro intra y
extra regional, fortalecer la integración y reducir asimetrías y
promover la equitativa distribución de las inversiones entre los países
miembros”. Nada ello ha ocurrido hasta ahora y para entender la
situación pasada y la presente así como una aparente inmovilidad
financiera ante tan acuciantes requerimientos y el por qué los
gobiernos no atienden de una vez el pedido de los pueblos para superar
reticencias y obstáculos, se efectuó esta investigación.
La idea inicial de la existencia
del BS partió de un proyecto elaborado por Argentina y Venezuela que no
prosperó. El 30 de abril de 2007 Ecuador presentó una nueva
propuesta para dar origen a dicho BANCO. En ella propuso una formulación
integral que incluyó tres instrumentos para la constitución de una
Nueva Arquitectura Financiera Internacional: la creación de un FONDO
MONETARIO REGIONAL, un BANCO y una UNIDAD MONETARIA. La iniciativa
ecuatoriana incorporó cuestiones sobre derechos económicos, sociales
y culturales, control sobre los recursos naturales y el aparato
productivo de la Región, y el principio de no endeudarse en los mercados
de capitales. Se estableció que el sistema de decisión adoptado por el
BS sería el de un país = un voto y que los préstamos se destinarían a
empresas públicas, a pequeños productores, al sector cooperativo y a las
comunidades indígenas. No habría fondos para empresas transnacionales
ni para las grandes empresas privadas.
El 22 de mayo de 2007 se firmó la
DECLARACION DE ASUNCION otorgándole prioridad al diseño estatutario
para el BS e invitando a todas las naciones que conforman la UNASUR a
integrarlo. En octubre de 2007 se convino la
DECLARACION DE RIO DE JANEIRO donde se acordó que el BS sería
solamente un Banco de Desarrollo y se abandonó la idea de una unidad
monetaria suramericana. El 9 de diciembre de 2007 los Jefes de Estado
de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela
firmaron en Buenos Aires el ACTA FUNDACIONAL que define al proyecto como
un Banco de Desarrollo cuyo objetivo es el financiamiento a los países
de la UNASUR que sean miembros del BS. Se estableció la sede principal
en la ciudad de Caracas y subsedes en Buenos Aires y La Paz. El ACTA
determinó que el BS será ”un Banco de Desarrollo público altamente
compatible con los mercados privados de capitales, que se espera que
capte fondos por medio de emisión de bonos en los mercados financieros
nacionales e internacionales y que también atraiga los ahorros privados
regionales en la forma de inversiones a mediano y largo plazos de los
agentes domésticos concentradores del excedente del capital regional”.
De la firma del ACTA no participaron cinco países de la UNASUR: Chile,
Colombia, Guyana, Perú y Surinam. Perú no formó parte de esta
iniciativa, y Chile y Colombia fueron sólo observadores.
Si bien en el Apartado VI del
ACTA se asentó el compromiso de los países miembros de establecer el
Convenio Constitutivo en un plazo de 60 días continuos, el documento no
recibió tratamiento hasta septiembre del año 2009. El período
comprendido entre la firma del ACTA y la del CONVENIO fue la primera
dilación en el proceso previo a la puesta en funcionamiento del BS.
Durante el mismo las tensiones se manifestaron principalmente en lo que
respecta al sistema de toma de decisiones en la Institución, los
privilegios y exenciones impositivas, el fondeo, el financiamiento en
proyectos de Infraestructura, el financiamiento a grandes empresas
privadas, la distribución de inversiones, los términos de
financiamiento, la apertura hacia otros países, la participación de
la sociedad civil y las salvaguardias sociales y medio-ambientales.
Ello retrasó el desarrollo de las negociaciones y uno de los aspectos
más significativos del mismo fue motivado por las exigencias derivadas
de la participación de Argentina y Brasil en el G20.
Finalmente, el 26 de septiembre de
2009, los siete países miembros firmaron el CONVENIO CONSTITUTIVO DEL
BANCO DEL SUR. En él se fijaron como prioridades para el
financiamiento los proyectos destinados al logro de la soberanía
alimentaria, energética, de la salud, de los recursos naturales y
del conocimiento. Los mismos abarcan proyectos de desarrollo en
sectores claves de la economía, en sectores sociales, de adecuación,
expansión e interconexión de la infraestructura regional y
aquellos orientados a la reducción de las asimetrías entre los
países miembros.
Se establecieron como funciones: 1.
Financiar a entidades estatales o autónomas, empresas mixtas, empresas
privadas, cooperativas, empresas asociativas y comunitarias de los
países miembros; 2. Promover y facilitar asistencia técnica para la
preparación y ejecución de planes, programas y proyectos de desarrollo;
3. Otorgar fianzas, avales y otras garantías al financiamiento de
proyectos; 4. Emitir bonos y otros títulos de valor (incluidos la
titularización de activos y captación de recursos bajo cualquier
modalidad financiera); 5. Actuar como agente colocador de títulos
emitidos por los países miembros; 6. Prestar servicios de administración
de carteras, organizar, constituir y administrar fideicomisos, ejercer
mandatos, actuar como comisionista y custodio de títulos de valor,
prestar funciones de tesorería, y efectuar cualquier operación
fiduciaria; 7. Crear y administrar un Fondo Especial de Solidaridad
Social para el Financiamiento de Proyectos Sociales de carácter
reembolsable y no reembolsable; 8. Crear un Fondo Especial de Emergencia
para la Asistencia Frente a Desastres Naturales mediante carteras de
financiamiento reembolsable y no reembolsable; 9. Favorecer el proceso
de integración suramericana mediante el desarrollo de un sistema
monetario regional, el incremento del comercio intra y extra regional,
el ahorro interno de la Región, así como por la creación de Fondos
de Financiamiento para el Desarrollo Regional.
El Artículo IV del documento
oficial establece los recursos financieros iniciales con los que contará
el BANCO en función de los aportes establecidos en él. Se instituyeron,
como Capital Autorizado del BS, 20.000 millones de
dólares, representados por 20.000 Acciones Ordinarias y como Capital
Suscripto 7.000 millones de dólares, expresados en 7.000 Acciones
Ordinarias. Las Acciones Ordinarias serán indivisibles, intransferibles a
terceros y no podrán ser objeto de copropiedad ni constituirse sobre
ellas usufructos, derechos de prenda o de garantía. Además se
establecieron tres tipos de acciones correspondientes al capital
del BANCO: Acciones Clase A: (Títulos de Estados de UNASUR); Acciones
Clase B: (Títulos de Estados no pertenecientes a la UNASUR) y Acciones
Clase C (Bancos Centrales, entidades financieras públicas, mixtas y
semipúblicas, con más del 50% de participación accionaria estatal y
organismos multilaterales de créditos). Para la realización de los
correspondientes aportes financieros los países fundadores dispusieron
de tiempos diferentes en atención a su “nivel de solvencia
económica”. Argentina, Brasil y Venezuela aportarían 2.000 millones de
dólares del Capital Suscripto. Al menos el 20% debía ser depositado un
año después de la entrada en vigencia del CONVENIO o si éste
ya estuviera vigente, un año después de que el país lo ratificara; el
80% restante se haría efectivo en cuatro cuotas anuales, iguales y
consecutivas. Ecuador y Uruguay pagarían 400 millones de dólares,
Paraguay y Bolivia se comprometieron en abonar 100
millones, Guyana y Surinam 45
millones de dólares y Chile, Colombia y Perú 970 millones de dólares (
EN CASO DE ENTRAR). El primer depósito anual de cada uno de estos
países debe representar no menos del 10% de su participación en el
Capital Suscripto y el 90% restante se aportaría en cuotas anuales.
Todo ello está en vías de ejecución.
Con respecto a la organización
del BANCO, en el Capítulo IV se definen los Órganos de Gobierno y cada
una de sus funciones. El Consejo de Ministros y el Consejo de
Administración constituyen los dos Órganos de Gobierno; el Directorio
Ejecutivo, el Órgano Ejecutivo; y el Consejo de
Auditoría, el órgano Auxiliar. En lo referente a inmunidades, exenciones
y privilegios prevé en el Capítulo IX el marco normativo que regirá al
BANCO y a sus funcionarios. En el Artículo 30 se denomina a los
Directores, funcionarios y empleados como sujetos que gozarán de
inmunidad de jurisdicción y de ejecución.
Una vez firmado el
CONVENIO CONSTITUTIVO pasaron treinta meses para que por lo menos el
66% del Capital Suscripto por los países fundadores fuera ratificado en
sus respectivos Parlamentos. La aplicación del Artículo 31 se vio
afectada por factores
externos, la crisis financiera y económica global desatada,
y por las configuraciones político – económicas y sociales
internas. Este segundo período de demora en la implementación del BS
se extiende desde la firma del CONVENIO en septiembre de 2009 hasta el
depósito uruguayo en abril de 2012 y podemos decir que se explica
por la bonanza exportadora de materias primas tras el alza de los
precios internacionales de las commodities, la falta de voluntad
política de los gobiernos de la Región, la persistencia de tecnócratas
dentro de los gobiernos y la falta de acompañamiento al
BANCO DEL SUR por parte de los movimientos sociales y populares.
El primer país miembro en llevar a
tratamiento legislativo el proyecto del BS fue la República Bolivariana
de Venezuela. El 23 de noviembre de 2009
el Parlamento Venezolano aprobó y ratificó el
CONVENIO CONSTITUTIVO. El 10 de junio de 2010 la Asamblea Nacional
de Ecuador hizo lo mismo. El 15
de junio de 2011 fue el turno de Bolivia;
el 12 de septiembre de 2011 de Argentina y el 14 de diciembre de 2011 de Uruguay. Con estos hechos se
generaron las condiciones normativas para poder dar inicio al BS ya que
la aprobación de estos cinco países miembros representó la
habilitación de 4.900 millones de dólares en concepto de Capital
Suscripto del BANCO DEL SUR, el 70% del total firmado. Finalmente, el 3
de abril de 2012 entró en vigencia el CONVENIO CONSTITUTIVO, pese a la
demora del Parlamento de Brasil para expedirse. Cabe recordar
que desde febrero de 2012 el Proyecto de Ratificación
se encuentra en el recinto.
El Ministerio de Relaciones
Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela dio a conocer
mediante un comunicado la puesta en marcha del BANCO y convocó a la
Reunión Fundacional del Consejo de Ministros en la Sede de Caracas.
Legisladores brasileños apelan la decisión nacional de participar de un
proyecto como el BS. Ello resulta incompresible siendo que los
representantes de Brasil ya han firmado el
ACTA FUNDACIONAL y el CONVENIO CONSTITUTIVO y participado en las
instancias regionales en las que se abordaron la aprobación, seguimiento
y desarrollo del BS.
En el
Parlamento Paraguayo, donde el Proyecto de Ratificación ingresó en mayo
de 2012, la dinámica política interna también operó como agente
paralizador al tratamiento del BS . El Golpe de Estado parlamentario del
22 de junio relegó su tratamiento. El 4 de julio de 2012
el país fue suspendido como miembro del MERCOSUR y de la UNASUR. En lo
que concierne al BANCO DEL SUR, no será tomado en cuenta para sus
operaciones hasta que se reanude el proceso democrático.
El CEMIDA sostiene el pensamiento
del economista peruano Oscar Ugarteche, quien en el Nº 1.111 de la
Revista Acción del IMFC expresa: “El BANCO DEL SUR no es el FMI.
Es un Banco de Desarrollo Productivo. Podría emitir bonos sudamericanos
que aglutinen el riesgo de todos los países, para que los Bancos
Centrales compren esos papeles para financiar proyectos de inversión que
tengan que ver con seguridad alimenticia, energética, salud y
vivienda. Este es el mecanismo a través del cual el BS podría circular
ahorros regionales. El bono debería estar en un peso sudamericano que
funcione para el promedio de las economías de UNASUR. Lo otro es tener,
como Asia, un Fondo Multilateral de Reservas”.
No hay que descartar
los conceptos vertidos por Theotonio dos Santos, de la Universidad
Federal Fluminense, en la Revista América Latina en Movimiento Nº
480-481: ”… Así también (Brasil) debería priorizar el BS, pero éste
viene sufriendo la oposición del capital financiero nacional e incluso
de los bancos públicos de inversión del país, que aspiran a financiar
directamente las inversiones, sobre todo para la infraestructura de la
Región.”
Hasta aquí lo investigado. Queda
claro que el avance en la ejecución de las medidas previas a la puesta
en marcha del BANCO ha sido lento y sin embargo espectacular en su
proceso normativo. También queda claro que existen problemas de todo
tipo que retardan su puesta en marcha efectiva. No
alcanza con confeccionar planes espectaculares para el desarrollo de la
UNASUR si el órgano financiero está inmovilizado. Recordemos que nada
se consigue sin la lucha de los pueblos movilizados. Los intereses en
oposición son muy fuertes. Hay que exigir como primera medida, que se
abran las sedes del BANCO y que comiencen a operar en los países
designados.
Recopilacion efectuada por los miembros DEL CEMIDA Prof. Elsa Bruzzone y el Cnl (R) José Luis García
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